Perfumista Pierre Negrin

Pierre Negrin, un maestro perfumista francés, emerge como una figura destacada en el universo de las fragancias. Originario de Grasse, en el encantador sur de Francia, su destino estaba marcado desde temprana edad por una familia con raíces profundas en la creación de perfumes. Sus dos abuelos eran comerciantes apasionados de esencias y plantas aromáticas, y Pierre recuerda con cariño cómo se sumergió en un mundo de aromas mientras exploraba sus talleres.

Intrigado por la creatividad desde el principio, Pierre originalmente anhelaba convertirse en fotógrafo, inspirado por las obras icónicas de artistas como Robert Capa y Henri Cartier-Bresson de la Agence Magnum, así como los paisajes inmortales capturados por Ansel Adams. Sin embargo, el destino le tenía reservada una senda diferente. Mientras estudiaba física y química, un amigo le ofreció una pasantía en un laboratorio de perfumería, y en ese instante, descubrió su verdadera pasión. "De repente, me di cuenta de que en lugar de comunicarme a través de la luz, podía expresarme a través de las fragancias", reflexiona Pierre.

Pierre no siguió el camino tradicional de una escuela de perfumería, sino que forjó su conocimiento en los laboratorios fragantes, una experiencia que lo enriqueció y moldeó su enfoque único. A principios de la década de 1990, emprendió un viaje que lo llevó desde Francia hasta México y, finalmente, a Estados Unidos. En 2008, se unió a la élite de perfumistas en el Centro de Fragancias Finas de Firmenich, en Nueva York, donde su destreza y creatividad florecieron aún más.

Pierre ha concebido fragancias icónicas para una serie de marcas de renombre, entre las que destacan Calvin Klein Encounter y Ralph Lauren Blue. No obstante, su colaboración más célebre ha sido con Amouage, donde ha creado obras maestras olfativas que han cautivado corazones. Entre sus fragancias más veneradas para la marca se encuentran Interlude Man, Journey Woman y Portrayal Man.

El inmenso talento de Pierre fue reconocido con el Premio Internacional de Creación de Fragancias de la Sociedad Francesa de Perfumistas en 1990, un testimonio de su excepcional habilidad y su capacidad para cautivar a través de los sentidos. Es un hombre de gusto refinado y sofisticado, pero también un epicúreo que valora los pequeños placeres de la vida. Aboga por la simplicidad y la austeridad, evitando el lujo ostentoso y la extravagancia.

El amor de Pierre por su ciudad natal, Grasse, es palpable en sus creaciones olfativas, que rinden homenaje a las notas terrosas y a la tierra que considera la raíz misma de la industria de las fragancias. "Siempre está en mi mente. ¡Tu cabeza puede estar en las nubes siempre y cuando tus pies estén en el suelo!", exclama con pasión.

Pierre compara su arte con la escritura, una narrativa de notas aromáticas que evocan imágenes y emociones. Cree firmemente que, incluso con ingredientes modestos, se puede crear una obra de arte sublime si se combinan con precisión y pasión. La sabiduría que imparte sobre el mundo de las fragancias lo posiciona como uno de los perfumistas más venerados y solicitados en la actualidad. Su legado perdurará en la memoria olfativa de generaciones venideras, una estrella en el firmamento fragante que continúa iluminando nuestros sentidos.