Fat Electrician Eau de parfum
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SKU
93566101
Perfil olfativo Fat Electrician
Perfil olfativo Uso
Familia
Oriental
Subfamilia
Amaderada
Notas cabeza
Vetiver, Crema batida
Notas corazón
Vainilla
Notas base
Mirra, Opopónaco
Género Hombre
Temporada Otoño
Ocasión Casual / Relax / Oficina / Informal
Longevidad
Estela
Descripción
Su belleza, una joya en la vastedad de la llanura texana, era una obra maestra en sí misma. Imaginémoslo creciendo en un fresco y dorado horizonte tejano, donde su piel, suave como el terciopelo, se entrelazaba con las doradas espigas de trigo, y sus pestañas, como alas de mariposa, desafiaban con elegancia la intensidad del sol. Era un vaquero de Macadam, desubicado en el jungla de asfalto urbana, un pescador sin red destinado a atraparse en los anzuelos ajenos.
Su vida era un juego de azar donde la suerte siempre le eludía, una tormenta de promesas incumplidas y recuerdos olvidados. Un joven cuya vitalidad se ofrecía en bandeja de plata a mujeres envueltas en cosméticos, fiestas nocturnas de lujo y las ostentosas mansiones de Palm Beach. Su esplendor se diluía en la efervescencia de otros, mientras él se consumía en un ciclo de decadencia.
Hoy, su figura ha evolucionado a un electricista robusto en un hogar suburbano de Nueva Jersey, un destino donde su antiguo magnetismo se ha convertido en una sombra de su esplendor. Para celebrar esta belleza desvanecida, se ha creado un vetiver sublime, una oda al erotismo vintage en su forma más pura. Antoine Maisondieu imaginó una fragancia que resonara con el blanco inmaculado del metal y la plateada suavidad del verde ancestral de las hojas de olivo.
Sin embargo, esta esencia es también un dulce y adictivo retorno al pasado, con matices de crema de castañas, vainilla, opoponax y mirra en el fondo. Esta composición, intensamente concentrada y resinosamente cruda, debe capturar una sensualidad profunda y contrastada, recordándonos que toda belleza encierra en su esencia el eco de su inevitable decadencia.
Su vida era un juego de azar donde la suerte siempre le eludía, una tormenta de promesas incumplidas y recuerdos olvidados. Un joven cuya vitalidad se ofrecía en bandeja de plata a mujeres envueltas en cosméticos, fiestas nocturnas de lujo y las ostentosas mansiones de Palm Beach. Su esplendor se diluía en la efervescencia de otros, mientras él se consumía en un ciclo de decadencia.
Hoy, su figura ha evolucionado a un electricista robusto en un hogar suburbano de Nueva Jersey, un destino donde su antiguo magnetismo se ha convertido en una sombra de su esplendor. Para celebrar esta belleza desvanecida, se ha creado un vetiver sublime, una oda al erotismo vintage en su forma más pura. Antoine Maisondieu imaginó una fragancia que resonara con el blanco inmaculado del metal y la plateada suavidad del verde ancestral de las hojas de olivo.
Sin embargo, esta esencia es también un dulce y adictivo retorno al pasado, con matices de crema de castañas, vainilla, opoponax y mirra en el fondo. Esta composición, intensamente concentrada y resinosamente cruda, debe capturar una sensualidad profunda y contrastada, recordándonos que toda belleza encierra en su esencia el eco de su inevitable decadencia.