Ormonde

Las colecciones de perfumes de Ormonde Jayne están intrincadamente conectadas con las culturas diversas y los ingredientes exóticos que Linda, su fundadora, ha descubierto a lo largo de su vida de viajes. La fascinación de Linda por los frascos de perfume, las fragancias y los sabores se remonta a su infancia. Desde temprana edad, tenía un sentido innato para apreciar el mundo a través de los sentidos del olfato y el gusto. Pasaba sus fines de semana creando velas, aerosoles para la habitación y chocolates, siempre enfocándose en el aroma y el sabor. Su colección de frascos de perfume vacíos creció con el tiempo, pero fue un regalo especial el que desencadenó su pasión: un frasco lleno de Madame Rochas, una auténtica joya aromática que marcó el inicio de su amor por las finas fragancias. A medida que crecía, Linda se aventuró a viajar por todo el mundo, y eventualmente se estableció en América del Sur. Fue allí donde comenzó a explorar la posibilidad de emprender un negocio relacionado con los sabores y los aromas. Decidió abrir una heladería, ofreciendo combinaciones de sabores únicas e inspiradas en sus viajes y experiencias culturales. Cada helado era una expresión de su amor por los aromas y los sabores exquisitos. Linda se convirtió en una verdadera Gourmande Jayne, infundiendo su cocina con toques inesperados y deliciosos. 

Cada fragancia cuenta una historia, evoca emociones y transporta a quienes la usan a lugares lejanos y exóticos. El giro definitivo en la historia de Ormonde Jayne ocurrió cuando Linda se reencontró con una amiga de la infancia que trabajaba en la boutique de joyería fina de Chanel en Old Bond Street. Su amiga le propuso un desafío emocionante: crear una vela aromática excepcional. Linda, siempre dispuesta a explorar nuevos horizontes, aceptó el reto con entusiasmo. Durante meses, Linda experimentó con todos los aspectos de la fabricación de velas, desde el grosor de la mecha hasta la paleta de colores y las mezclas de fragancias. Transformó su cocina en un laboratorio creativo y, finalmente, presentó su obra maestra a Chanel. La respuesta fue abrumadoramente positiva, y Chanel encargó de inmediato 50 velas. Fue entonces cuando nació Ormonde Jayne como empresa, bautizada con el segundo nombre de Linda y la ubicación de su pequeño taller. El reconocimiento de la marca se propagó rápidamente entre los conocedores de Londres, y Linda comenzó a recibir encargos de velas personalizadas para Burberry, diseñadores de interiores de renombre y el prestigioso Blakes Hotel.

Con el tiempo, el taller casero de Linda ya no era suficiente, por lo que decidió establecer un estudio. Luego, obtuvo una licencia de alcohol desnaturalizado para comenzar a fabricar su creciente gama de perfumes, aerosoles para la habitación, aceites de baño y cremas corporales. La historia de Linda y Ormonde Jayne es un testimonio de la pasión, la dedicación y la creatividad en el mundo de la perfumería y los aromas. Su viaje desde la fascinación de la infancia hasta la creación de una marca de renombre internacional es una inspiración para todos los amantes de las fragancias y los sabores exquisitos. Ormonde Jayne es el resultado de una vida dedicada a la búsqueda de la belleza y la singularidad en el mundo de los aromas.