Molinard

Maison Molinard no es solo una marca de perfumes nicho, es un legado, una herencia que se renueva con cada generación. Es un lugar donde los aromas se convierten en recuerdos, donde la tradición se mezcla con la innovación y donde la pasión por el olfato se transmite de padres a hijos. Maison Molinard es un viaje olfativo a través del tiempo, una celebración de la belleza y el placer que los aromas pueden ofrecer. 

A la llegada de Celia; quinta generación e incarnación feminina del legado familiar; para ella, el olor no era simplemente una fragancia en el aire, sino el lenguaje secreto de su familia. Un lenguaje que la conectaba de manera profunda e íntima con su padre. Recuerda vívidamente la voz de su padre, susurrándole bajo el dosel de hojas en el jardín familiar, mientras hacía crujir una hoja de menta o de geranio rosa bajo su nariz. "Huele, querida, ¡huele!" le decía, en un ritual lleno de amor y hedonismo. Un ritual que ella ahora repite con sus propios hijos. La pasión por transmitir y compartir parece ser el secreto bien guardado de Maison Molinard. A pesar de sus sueños de aventuras en París y en tierras lejanas, Célia finalmente regresó a las tierras de su infancia. Entendió que no debía ir en contra de su herencia, sino abrazarla. Cuando su padre le confió la responsabilidad de la marca, Célia vio una oportunidad única, una pepita de oro que debía llevar a la luz. Fue así como Habanita, una fragancia atemporal, recuperó su esplendor y se proyectó hacia el futuro. Pero Célia no se detuvo allí. Decidió aventurarse en nuevos territorios olfativos, diseñando colecciones que capturaran instantáneas de felicidad y confort. Con paciencia y pasión, creó un perfume que encarnaba la voluptuosidad y la ligereza, redefiniendo así el espíritu de Maison Molinard. Hoy, Maison Molinard late en sintonía con Célia. Como la primera mujer en asumir el liderazgo en cinco generaciones, se siente en casa, rodeada de aromas y recuerdos. Es como si todavía estuviera en el jardín de su infancia, explorando un mundo de fragancias que son mucho más que simples perfumes nicho. Son historias, son recuerdos, son la esencia misma de Maison Molinard.

En cada fragancia creada por Célia y en cada frasco que lleva el nombre de Maison Molinard, hay una conexión única con la tradición y la pasión que ha sido transmitida a lo largo de generaciones. Es un testimonio del poder de los aromas para tejer lazos, para contar historias y para capturar la esencia de la vida misma. Maison Molinard no es solo una marca de perfumes nicho, es un legado, una herencia que se renueva con cada generación. Es un lugar donde los aromas se convierten en recuerdos, donde la tradición se mezcla con la innovación y donde la pasión por el olfato se transmite de padres a hijos. Maison Molinard es un viaje olfativo a través del tiempo, una celebración de la belleza y el placer que los aromas pueden ofrecer.